Sin duda la más conocida de las especialidades de psicología. Un psicólogo clínico, figura de la que ya te hablamos en anteriores artículos, evalúa, diagnostica y ofrece tratamiento a personas con trastornos psicológicos.
Psicología organizacional o industrial:
ORGANIZACIONAL
Una de las especialidades de psicología con mayor demanda en el mercado laboral. El psicólogo organizacional aplica los principios y métodos de la psicología para mejorar la productividad y la calidad del trabajo. También se ocupa de la prevención de los riesgos asociados al puesto de trabajo y de gestionar los recursos humanos de la entidad a la que pertenece.
Psicología educativa:
Desde esta subdisciplina de la psicología se estudia el modo de aprender de los seres humanos, de ahí que la actividad profesional se oriente a mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje y a intervenir ante las necesidades que desde el punto de vista de la educación tienen los alumnos. Los psicólogos educativos también participan en los procesos de orientación vocacional y en la prevención y resolución de conflictos que puedan generarse en los entornos educativos.
Psicología social:
Se ocupa de estudiar cómo la conducta de una persona está influenciada por las relaciones con otras personas, tanto a nivel individual como grupal. La psicología social nos ayuda a entender muchos procesos individuales enmarcándolos en un contexto social, por ejemplo, las actitudes, los prejuicios o los resultados de unas elecciones.
Psicología forense:
FORENSE
Una de las especialidades de psicología que carga con más estereotipos, gracias en buena parte a la película El silencio de los corderos y uno de sus personajes principales, Clarice M. Starling. Pero no, los psicólogos forenses, afortunadamente, tienen pocos psicópatas a los que perseguir.
En su lugar aplican los principios, métodos y técnicas de la psicología a temas jurídicos, por ejemplo, ayudando a definir si la salud mental de una persona la hace legalmente responsable.
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